miércoles, 14 de septiembre de 2011

ODA A LA VIDA, Pablo Neruda

Como es tradición al finalizar el año en diciembre, las personas nos hacemos propósitos para el nuevo año a estrenar a primeros de enero. Ciertamente, a mi parecer, el año no empieza en este frío mes; esos días prefiero dejarlos para recuperar el ritmo de vida tras una quincena de fiestas y celebraciones navideñas. Mi nuevo año empieza hoy. Mi "nueva vida" nace esta tarde. Mis propósitos son planteados en este mismo momento, y llevados a cabo a partir de mañana. Espero que entendáis estas palabras. Es por esto que animo a todos a empezar esta nueva vida dejando atrás preocupaciones, sentimientos oscuros y momentos de malos augurios, dando paso a la felicidad y a un nuevo curso que, espero con toda sinceridad, sea del agrado de todas las personas que forman parte de mi vida, deseándoles mis mayores deseos para esta "nueva vida" que está a punto de arrancar de su casilla de salida.

"La noche entera
con un hacha
me ha golpeado el dolor,
pero el sueño
pasó lavando como un agua oscura
piedras ensangrentadas.
Hoy de nuevo estoy vivo.
De nuevo
te levanto,
vida,
sobre mis hombros.

Oh vida, copa clara,
de pronto
te llenas
de agua sucia,
de vino muerto,
de agonía, de pérdidas,
de sobrecogedoras telarañas,
y muchos creen
que ese color de infierno
guardarás para siempre.

No es cierto.

Pasa una noche lenta, 
pasa un solo minuto
y todo cambia.
Se llena
de transparencia
la copa de la vida.
El trabajo espacioso
nos espera.
De un solo golpe nacen las palomas.
Se establece la luz sobre la tierra.

Vida, los pobre
poetas
te creyeron amarga,
no salieron contigo
de la cama
con el viento del mundo.

Recibieron los golpes
sin buscarte,
se barrenaron
un agujero negro
y fueron sumergiéndose
en el luto
de un pozo solitario.

No es verdad, vida,
eres
bella
como la que yo amo
y entre los senos tienes
olor a menta.

Vida,
eres
una máquina plena,
felicidad, sonido
de tormenta, ternura
de aceite delicado.

Vida,
eres como una viña:
atesoras la luz y la repartes
transformada en el racimo.

El que de ti reniega
que espere
un minuto, una noche,
un año corto o largo,
que salga
de su soledad mentirosa,
que indague y luche, junte
sus manos a otras manos,
que no adopte ni halague
a la desdicha,
que la rechace dándole
forma de muro,
como a la piedra los picapedreros,
que corte la desdicha
y se haga con ella
pantalones.
La vida nos espera
a todos
los que amamos
el salvaje
olor a mar y menta
que tiene entre los senos."

miércoles, 7 de septiembre de 2011

No hay árbol recio ni consistente sino aquél que el viento azota con frecuencia.

Lucio Anneo Séneca (filósofo, político, orador y escritor romano).